Después de que una investigación de EL NORTE revelara que la construcción de la Línea 4 del Metro invade un colector pluvial subterráneo, el Gobierno del Estado primero minimizó la afectación, pero horas más tarde reconoció el daño y prometió repararlo, aunque sin precisar un plazo para hacerlo.
El reconocimiento oficial se dio luego de confirmarse que siete pilotes de las columnas de la nueva línea fueron colocados sobre el colector pluvial, provocando una afectación directa.
En un comunicado difundido por la noche, la administración estatal admitió el impacto e incluyó un gráfico técnico con una “alternativa de solución”, donde se detalla la propuesta de reparación, aunque sin ofrecer mayores explicaciones ni fechas de ejecución.
Durante la mañana, las autoridades habían intentado minimizar el problema, señalando que la obra no representaba riesgo alguno. Sin embargo, tras la difusión de la evidencia técnica, el propio Estado reconoció la necesidad de intervenir para evitar posibles daños mayores en la infraestructura pluvial y en la operación futura del sistema de transporte.

