Desde la tranquilidad de “La Chingada”, su rancho en Chiapas donde se retiró de la vida pública desde octubre de 2024, el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó un mensaje que resonó como trueno en la escena política: no piensa regresar… a menos que lo llame la causa.

Con el característico tono sereno, pero firme, López Obrador aseguró que únicamente dejaría su descanso si se tratara de defender a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a la democracia o a la soberanía nacional. Tres banderas que, dijo, siguen siendo parte de su convicción y herencia política.
En pleno ambiente de reacomodos, rumores y pasiones políticas, el tabasqueño demostró que, aun desde su retiro, sigue siendo un actor que mueve el tablero. La advertencia cayó como mensaje cifrado para propios y ajenos: AMLO no estorba, pero tampoco se ausenta del todo. Y en tiempos donde la grilla se enciende a la menor chispa, sus palabras bastaron para avivar el debate nacional.
Entre el canto de los pájaros de Chiapas y la brisa del retiro, López Obrador dejó claro que su descanso no es abandono; es pausa… y que su regreso, si sucede, sería por causas que considera esenciales. Mientras tanto, la política mexicana ya tomó nota: el guardián de la 4T sigue vigilante.

